Querida alma emprendedora,
Hace varios años, comencé a crear equipos angelicales para diferentes objetivos, siempre con resultados asombrosos. Estos equipos me han acompañado en mi camino, brindándome apoyo en momentos cruciales. Sin embargo, había un área en mi vida donde sentía que no estaban funcionando tan bien: mi negocio.
El año pasado, en octubre, decidí tomar una medida drástica. Decidí estructurar mi equipo angelical como si fuera una empresa, asignándoles áreas y cargos específicos, con funciones claras. Luego, realicé un ritual muy intencionado y extenso para activarlos.
Al principio, todo parecía ir bien. Mis ángeles respondían de manera maravillosa, resolviendo problemas que antes no sabía cómo abordar. Pero entonces, comencé a notar algo inquietante: sus respuestas me exigían más de lo que estaba acostumbrada. Ya no se trataba solo de recibir orientación, sino de enfrentar retos más grandes y asumir nuevas responsabilidades.
Y llegó la lucha interna, la sobrecarga de tareas y la presión del tiempo. Cada vez que mi equipo angelical me ofrecía una solución o un nuevo conocimiento, yo tenía que decidir si aceptarlo y avanzar, o quedarme paralizada por el miedo al crecimiento y la incertidumbre. Este antagonista, la lucha entre el crecimiento y la comodidad, comenzó a desafiarme de formas inesperadas.
Hace un mes, recibí un conocimiento crucial que desconocía por completo, algo que respondía a una necesidad específica en mi negocio. Sin embargo, esto no solo resolvió el problema, sino que también trajo consigo un aumento significativo en mis responsabilidades. Nuevas tareas, la creación de productos, y la aplicación de este nuevo conocimiento se convirtieron en un desafío que, aunque emocionante, me estaba llevando al límite.
En medio de este proceso, me di cuenta de algo importante: la visión de mi negocio siempre ha incluido la expansión y la llegada de personas que me apoyen en esta misión. Sin embargo, mientras ese equipo de apoyo llega, soy yo quien debe ajustar y manejar lo que ya he creado. Esta realidad me ha obligado a reestructurar mi tiempo y priorizar tareas, asegurando que el negocio continúe creciendo sin perder mi equilibrio personal, el balance del femenino y masculino en mí, es una prioridad personal que no puedo descuidar.
Este proceso me ha enseñado que el crecimiento requiere flexibilidad y ajustes, pero también sabiduría para saber cuándo dar un paso atrás y ajustar el rumbo. He aprendido que para expandir mi marca y continuar ayudándote, debo dar prioridad a las tareas más importantes y delegar o ajustar aquellas que no son prioritarias.
Por esta razón, he decidido espaciar los envíos de mis correos de Alma Emprendedora y Almas en Sintonía. Quiero que sepas que esto es solo una medida temporal mientras organizo mejor mis prioridades y me preparo para recibir el apoyo que mi negocio necesita. A partir de ahora, recibirás cada semana un mensaje de los angelitos con mi oráculo La Voz del Alma, y los temas de Almas en Sintonía llegarán cada quince días, al igual que el newsletter para mujeres emprendedoras Alma Emprendedora.
Si deseas crear tu propio equipo angelical para tu negocio o cualquier otro aspecto de tu vida, te invito a descargar mi eBook gratuito AQUÍ. Incluye la plantilla de Notion que he creado para mi marca, para que la personalices y ajustes a tus necesidades.
Quiero que sepas que aunque la frecuencia de nuestros correos cambie un poco, mi compromiso contigo sigue siendo el mismo. Estoy aquí para acompañarte en cada paso de tu camino, ayudándote a encontrar ese equilibrio que todas necesitamos. Confío en que estos mensajes seguirán siendo un espacio de conexión y apoyo mutuo, y que juntas, seguiremos creciendo y transformando nuestras vidas de maneras maravillosas.
El crecimiento siempre requiere ajustes, pero es en esos ajustes donde encontramos nuestra verdadera fuerza y propósito.
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